Desde que el mundo del blog tuvo su explosión han nacido miles de ellos. Este blog, nace, igual que todos ellos, para nadar entre ese gran océano que es Internet. Se que tal vez no lo lea nadie nunca, o quizás entre aquí algún despistado/a, tampoco me importa, este blog no nace con la intención de ser famoso, tampoco ha venido al mundo para desear algún mal a alguien en concreto, por mucho que el título se preste a ello. Según la RAE:
maldición.
(Del lat. maledictĭo, -ōnis).
1. f. Imprecación que se dirige contra alguien o contra algo, manifestando enojo y aversión hacia él o hacia ello, y muy particularmente deseo de que le venga algún daño.
Lo sé, la definición de la RAE y la intención del contenido del blog parecen no llevarse bien, tampoco he dicho que el objetivo de este blog sea llevarse bien con todo el mundo ;).
Este blog no nace del odio, sino de la indignación, de la necesidad de explotar por algún lado, de la plasmación literaria de ideas que oprimen el cerebro de alguien que aún no ha visto nada en la vida, pero que ya ha visto demasiado.
Aún sabiendo que es bastante difícil entrar en las pantallas de los internautas y que éstos demanden mis palabras entre tanta oferta, tal vez se de el caso de recibir entre estos bits a gente que se sienta indignada, ultrajada e incluso alguno/a tenga ganas de realizarme una transformación de cara al más puro estilo cubista. A toda esta gente sólo les diré una cosa: nunca les pedí que entraran.
La mente atormentada de éste Maldito se dispone ahora a discurrir y escribir su primer post, las palabras fluyen por sus venas y recorren todo su cuerpo llenándolo del calor que infringe la literatura. Me permito el derecho a escribir y me prohibo quedarmelo dentro. En estos tiempos donde en todos lados alguien nos prohibe algo, reconforta bastante pensar en algo que nos permitimos a nosotros mismos.
El blog queda maldecido.
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